DEL LIBRO "ANA DE MIS AMORES" (amazon.com)

 

                                            YESTERDAY

 

                                                                                                  Por mí...  Sin su venia.

Te mortificas por el ayer insólito y demente. Cruzas por encima de tu voluntad. La almohada es punitivo y tribunal de inquisición.

Quién sacudió primero los pecados. Esos pecados que van al centro de la calle y que la gente usa como pretexto para esconder los propios. No lo sabes, o ya no te importa saberlo.

No quieres recuerdos. Ni remordimientos. Pero la almohada te acosa. 

Los días se suceden y vuelves a colgar las mismas aflicciones en el esquinero que usas como escondite. Quieres ser otra. Otra mujer que dance y grite en busca de sus propios aplausos. Lo decides. Firmas un pacto: Te bañas y no dejas ni pizca del ayer en tu cuerpo.

Sales del baño, desnuda, naturalmente, porque para vestirte necesitas del ayer. Tomas un libro y lo acaricias contra tu desnudez. Te colocas contra la silueta del pasado, despreciándolo.

Te arrodillas ante una vela encendida y cruzas los brazos. Sientes que una sombra te escolta y tarareas una canción como quien reza. Un pincel en tu espalda y la caricia llega. Un pincel delicado que baja marcando trazos en tu sexo. Ardentía en tus labios. Flojedad en tus rodillas.

Quisieras tener los ojos en la espalda. Te urge ver con cuánto amor esa mano pinta sobre tu cuerpo.

Ahora vuelves a rezar pero contando colores en cada amén y el pincel no se detiene.  Estás sobre el credo de una verdad. La voz se te afloja cuando llegas al color blanco, porque sientes la ausencia del pincel, pero dos manos sustituyen el paisaje en tu espalda. Aumenta la luz de la vela y tus ojos crean una atmósfera de éxtasis. Ya no existe el tiempo. Arrebatada te volteas, drogas tus instintos. Un desmayo indeleble te hace flaquear, pero se alzan dos manos estrechándote dentro de su cuerpo.  No te desprendes de sus labios.

Comprendes: El ayer fue un simulacro.

Lo decides, vas a emborracharte de vigencias. Te tiendes con la vela apoyada en el estómago, ésta se agita al compás desesperado de tu vientre. Un pincel con olor a fruta madura comienza a dibujarte los pechos, que se endurecen, excitados por el contacto de la saliva. Ves su boca apoyada en la línea que divide el pezón de su base y un hartazgo de locura te invade. Observas la vela y notas que su luz es tan penetrante como tu exaltación, no te apenas. Devuelves la vela a su sitio y te acomodas para vengarte. Abres pausadamente las piernas y con miel frotas la hendidura que te hace mujer. Miras su cabeza, su pelo revuelto. Lames, envolviendo la boca que se refocila entre los pezones. Yesterday. Es el ayer que ha vuelto para eternizarse en tu ahora. Oh, I believe in yesterday

 

 

 

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Y ESTO PAQUÉ TE LO CUENTO...SI YA TÚ TE LO SABES.

"EN CUBA SE MECE EL SON"

Acabo de darme cuenta que Cuba es una película.  Que la están rodando en este momento.  Y que lo más espectacular de todo es que no tiene puesto fijo.  Cuba se mece.  Baila.  Goza.  Y se acepta.

Por eso mismo es que Mariíta se afilió a este descubrir el mundo y se hizo amiga

 -muy íntimamente- de la primera mexicana que encontró a su paso sobre un tongón de arenas que tenía construida en la costa de Varadero. Todavía no se sabe para qué la construyó.  Pero yo me juego que era para capturar desde su alta vigilia a dios ya sin su silencio.  Quiero decir a Dios Mujer.  Porque Mariita ya se las conoce todas en esta nueva película, que quizás hasta estrenen hoy.

Y cuando la mexicana, todavía sin quitarse el aroma del avión que la trajo desde Aguas Calientes hasta esta isla, la vio se quedó como el aeropuerto de Miami, repletito solamente de cubanas.  Unas cubanas que la mexicana María las sintió como al mismo boeing que la trajo: con energía, con potencialidad.  Con elegancia.

Entonces se le cumplió el deseo a la Mariita. Se llevó a la mexicana para la película en movimiento.  Y solo le pidió que la enseñara a remar dentro de aquel paisaje de agua que se veía en el filme, donde no había nada más que monte, cantos de ave y mucha, pero mucha agua.  

Y María, la de las Aguas Calientes, entonces comprobó lo que muchos mexicanos le habían dicho siempre: ¡Cuba es una tierra caliente aunque esté rodeada de agua!

Y en el mismo centro del bote se llevó el jeans desteñido de Mariita, la redondez de la tierra cubana, el compás equilibrado de la rajadura de la película y no la del bote, la simetría de los pechos de Mariita.  Y vio en ese movimiento los pelos ariscos y lacios de Mariita cuando el remo bajó hasta el fondo, demostrándole también así, que el agua de Cuba también es caliente.

Entonces no pudo más con sus zapatos de cordones, y se removió la María. Se impulsó tanto. Se meneó tanto. Y se inquietó tanto que se ganó el Premio Oscar de la película que están rodando con Mariita, y que al fin se estrenará hoy en el Yara: "En Cuba se baila el son sin cordones ni zapatos"

 CUBA-ABRIL,2012

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LOS HUEVOS DE BRASIL NO SON ASÍ

 

CUANDO BAILA LA CIGUEÑA.

 

 

Para que tú sepas que eres un huevo y yo la carne tenemos que tomar una decisión.  Una decisión que no marchite a nadie.  Ni obligue a nadie a nada absolutista.

 

Pero la diferencia ya está hecha hace ya miles y milenios de años y siglos.  El huevo es blanco y la carne es  mestiza.  Esto nada ni nadie debe tomarlo como una travesura.  Aquí no estamos haciendo nada de tratamiento dietético ni de ejercicios que le devuelvan las fuerzas a uno.  Aquí es lo mismo que decir que casi todos los seres humanos dormimos o por lo menos necesitamos dormir ocho horas.

 

Digamos que estamos entablando un dialogo quizás en busca de algún apoyo psicológico para evitar traumas diversos, trastornos nerviosos o depresiones de las nuevas, de las más modernas.  Esas que conoce medio París pero que tú y yo no conocemos.  No porque seamos huevo y carne, es porque nuestros casos son como el insecto hembra que devora al macho mientras hacen el amor.  Todo lo nuestro termina en un restaurante,  horrible algunas veces.  Allí no hay whisky malteado y están prohibidas las carnes fritas… Son necesarias las herviduras.  Es menester obligatorio del restaurant mantener la salud del cliente.  Las grasas son directos acongojamientos del alma.  Ya lo aprobó el minsap cuando empezamos con  este dilema de que tú eres un huevo y yo la carne. De la manera más natural del mundo entabló contigo y conmigo un decreto que hubo que firmar hace no sé ni cuantos años y que todavía perdura en dicho restaurant.  No sé si lo recordarás.  Yo firmé el contrato temporal.  Tu no, tú tuviste que hacerlo permanente.

 

Después de aquello se sintió tanto silencio que la noche en que te bajaron de aquel edificio maloliente donde había calabozos con olor a excremento de ti quedaba muy poco.  Fingías oponiéndote a todo lo que te gritaban los que estaban detrás de las rejas.  Pero lo fingías tan bien que tuvieron que buscarme a un traductor para que yo entendiera aquella voz delgadita, vacilante y chillona que escuchaba de tu ya poca vida.

 

Para mí fue muy penoso ver como fingías con la más absoluta naturalidad, como si nada extraordinario estuviera pasándote en esos momentos.  Pero cuando ya te quedaste a solas conmigo te empecinaste en tocarme el tema una y otra vez, pero yo cerré la puerta despacio. Lo más despacio que pude porque esos semimonólogos tuyos me dejan siempre abriendo demasiado la boca.  Y esto me puede acarrear que interpreten mal a mi traductor y lo pongan de patitas en la calle en menos de un segundo.

 

Y me quedé en casa muy preocupada pero muy preocupada  porque al día siguiente tenía que ser una torta que tuviera mucha crema, y sobre todo que impresionara a los visitantes lo más que pudiera.  La suerte fue que todo lo que había improvisado me quedó perfecto.  Los extranjeros salieron hablando un idioma que ni el mismo traductor que siempre me acompaña dio con la traducción. El resto ya te lo imaginarás, mucho dinero y muy buena bebida con su debida gozadera.

 

Después salí como alma que lleva el diablo de la esquina donde me dejaron porque estaban unos de los que les dicen maleantes dispuestos a llevarme a no sé qué lugar para hacer unas entregas secretas, y esa sí que ni fraguada para mí, en mi propio destino, yo la acepto.  Soy muy carne para eso. 

 

Con la excitación que agarré hasta me olvidé llamarte para ver cómo habías salido tú en el kiosco adonde te llevaron los muchachos del barrio.  Yo tuve miedo de que esa mezcla con dieta de verdura no la aceptaran y te mataran a palazo limpio.  Tú sabes como es el barrio ese.  Ya te acordarás de aquella sorprendida que te dieron por tal de ganarte unos kilitos que ni la cuenta te dio para empalagar al otro fulano que vive en la otra esquina que se come tu huevo y eruta langosta.  Bicho ese que detesto desde que le vi ese color y esas arañas en las patas.  Ay, que ruin la siento.  Y qué mezquina.  Siempre muda.  Siempre de niña mala.  Ni que no se acordara del día que compartimos la mesa de aquella valía intelectual que nos visitó y que después ni nos enteramos,  pero que no entró nunca más a nuestras vidas.  Dicen que se fue bravo pero muy bravo.  No sería que no le gustó la onda nuestra en la literatura.

 

Bueno, ponte la mano sobre el cuerpo y no dejes que te aplasten en cualquier lugar.  Tienes que cuidarte mucho aunque seas blanco y yo mestiza.  Recuerda que tú eres de los que viven de pie y eres el santo patrono de mis bajas temporadas,  y la de algunos otros que llevándose una mano a la boca evita tu olor a dueño absoluta de nuestras casas.

 

 Y ya me voy porque ya dieron  la señal de colocarse los audífonos para  el cambio del idioma.

 

 

 

Julio 2011

 

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"YO VIVO EN UN PUEBLO TRISTE"

NO QUIERO QUE DESPRECIES A CUALQUIER PUTA QUE ENCUENTRES EN CUALQUIER CALLE, SUPLICA Y REVUÉLCATE

Y CESA, PERO SIN PREJUICIO.

  -DJUNA BARNES-

 

   

Yo vivo en un pueblo triste, que de tan triste  no tiene calles.  Y él muy pobre se ha tenido que inventar unas esteras de aire para transitarlo.  No sé si a través de él. O sobre él.

 

Y es que mi pueblo está agotado.  Desde que amanece está mal oloroso.  No tiene una tregua de paz desde hace más de cincuenta años.  Quizás sea por eso que ha decidido quedarse sin sus calles, y construir estas esteras que solo ha elaborado para sus elegidos.  O sea, para los que piensen en la verdadera paz y no en la palabra ni en el hecho Mentira.  ¡Eso lo detesta que no quieran ustedes saber ni conocer!!!

 

A mi pueblo, después que construyó estas magnificas esteras, no se le puede hablar sobre hombres que gusten de usar barbas.  Mi pueblo dice que un hombre con barba es como un espejo sin azogue… No te puedes ver a través de él.  Ni puedes hablarle… Porque a quién le estarías hablando… A un innombrable.

 

Un hombre con barba para mi pueblo triste es mortal.  Es como si lo llevaran al cadalso.  Aunque ya todos nosotros, sus habitantes, conocemos que de cadalso en cadalso sobrevivimos diariamente.

 

¡Figúrense ustedes un pueblo sin calles!!! Un pueblo que no cree ni remotamente en las leyes que se le imputan.  No en las que él pueda dictar sin imputar, es lógico.  Quizás por eso también mi pueblo es un pueblo triste, porque ha dado todo, hasta los hijos de su sangre para hacerse fuerte, ejemplar, reconocido… Pero mi pobre pueblo triste se sabe no confiable.  No diplomado.  Quizás también sea porque la mayoría de sus grandes elegidos se han marchado dejándolo casi solo.  Han hecho aceras sobre las olas del mar y se han fugado.  Ellos también eran elegidos de mi pueblo triste, pero uno también se cansa de ser un elegido sin corona y por eso se sale, se fuga a buscar la dichosa corona, que por supuesto es la corona de la vida y no la de la muerte.

 

Pobre pueblo mío, tan triste, tan llorón ahora que aunque tenga estas esteras alumbradas con el mayor placer de un hombre: su corazón… no logra salir bien exaltado ni por un periódico, ni por una revista, ni por un radio, ni por un televisor… Y miren que ha hecho cosas lindas… ¡Pero qué va!!! ¡No cabe duda! ¡Yo vivo en un pueblo triste!

 

Un pueblo que le han dado, como a muchos en mi país, una clase patada para que ya se esté tranquilo y no se esté inventando más con sus esteritas doradas para que solo grandes figuras públicas sean los que puedan pasearlas y disfrutarlas.

 

Pero eso es mentira como todo.  Porque mi pueblo será triste pero no es lerdo.  Por sus esteras solo se pasearán los que sirven, los que conocen que ya no podemos más con tanto nudo  de corbata, con tanta miseria.  Con tantos estrujamientos.  Con tantas y tantas payasadas. Y es que mi pueblo tiene tremenda experiencia, fíjense si es así que por mucho héroe que ya ha dado con numeroso ejemplo a la historia cubana ni eso le velan para dignificarlo.

 

Entonces un pobre pueblo triste que ya no puede más se sacude de todas estas amarguras, y se llena no solo de magnificas esteras, sino de amaneceres malos olorosos.  Porque a mi pueblo no le da la gana de aromatizarse.  De perfumarse para que diablos que no saben todavía afeitarse sus barbas nos estén llegando a decir -recogiendo nuestros perfumes- que este pueblo mío está lleno de tristeza y que yo, la única escritora del mismo no puedo decir nunca más que : ¡Yo vivo en un pueblo triste!!!

 

IDANIA   BACALLAO  ITURRIA

ABRIL/2012.  CUBA.

 

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De la Poesía Cubana a la Venezolana

 

"CON LA MUJER DEL DIOS SUR TEJO UNA ALIANZA"

                                                                          Para Vivy,

                                                                           por su acento de salsa en la cordura…

 

Mi amor, ahora miro hacia  América del Sur

como quien mira a la mujer más precisa, más realizable,

más tocable del Universo.

Y eso me bautiza en las históricas hazañas.

¿Serás tú quien me nombre desde esta misma histórica hazaña?

 

Quienes tenemos solo culpa de lluvia en el vientre somos así.

Llenos de bendiciones de Dios hacia tus senos.

Llenos de oportunas armonías celestiales.

 

Tú estás allí y te veo sentada ahora sobre el amor de esta

isla mía que no te inventa una historia de delirio.

No te inventa una máscara ridícula de ternura.

Te inventa la arqueología de un cuerpo que no ves

para que solo duermas sobre su alma.

 

Hoy es así de simple

¡Bendito sea Dios en su sensible simpleza!

 

Eres tú quien viene a mi Caribe a sonrojarse.

A bendecirse con el bautismo de esta isla adorable.

A recordarme que repartimos, Vivy,

el seno tibio que guarda tus quejidos con el

ojo sabio de mi sexo en las mañanas.

Que somos perfectas e imperfectas ante

esta primavera de sol que ahora nos acampa.

 

Pero yo solo quiero oír el murmullo de tus piernas sobre mi poema.

Este que ahora te escribo con las mismas estrellas de neón

que ves desde tu sureña ventana.

 

Este que dice que América del Sur

tiene mi magia escondida.

Sin duda, la salvadora María

vino a mí de esa magna plegaria.

 

Así como has venido tú,

 aliento de mi aliento,

paz de mi paz.

Amor de mi amor.

Historia de tu  historia.

 

 

 

 

Brindo así por esta sorpresa que no acaba.

Entonces sal y cierra la puerta, Vivy.

Una sola América se puede esconder

en lo hondo de tu corazón junto a mi corazón.

 

Y dondequiera que estés, que estemos salvémonos de los murmullos

y de las incertidumbres.

Más esporádico es amarse que discutir si la mujer

de Goethe florece solo en viernes santo.

 

Ahora escribo y el sur me cita en el recuerdo de sus oportunidades.

Un niño vigila la ciudad de altura que me espera

con esta carta de cita.

No quiero olvidarlo.  No puedo olvidarlo.

Solo quiero hacerlo transparente a mis ojos.

Solo quiero hacerlo el San Sebastián de mi muchacha.

 

La mujer que lo borla tiene atolondrado

el sur de su estancia.

Por eso en el cielo de mi país ya está su muchacha.

Ya está su corazón en La Habana.

 

Segura de horas vive.

Segura de letras escapa.

 

En verdad, amor, la distancia ahora es una fábula.

Un hambre de penúltima hora  que me falta,

que no descansa.

Un suspiro de mujer que llora tu alejamiento

en el silbar de las galaxias.

 

 

Ruego entonces que mi mensaje no te guíe al norte de las almas.

Esta es mi mágica y santa palabra:

¡Sur,  desbórdate sobre mi Habana!

              

                  13 de Abril/2012.  CUBA

               IDANIA BACALLAO ITURRIA.

 

 

 

 

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UN REGALO A TODAS SUS AMISTADES

 

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ENSAYO CONTEMPORÁNEO DEL NUEVO PENSAMIENTO

            "QUÉ  DIRÁ  LENNON"                 

                                      

 

A NADA SE PARECE TANTO GORDON SQUARE COMO AL ALBERGUE DE LOS LEONES EN EL ZOO.

UNO VA DE JAULA EN JAULA.

TODOS LOS ANIMALES SON PELIGROSOS,

BASTANTE RECELOSOS ENTRE SÍ

Y LLENOS DE FASCINACIÓN Y DE MISTERIO.

                          -VIRGINIA WOOLF-

 

 

Otra vez Lennon y yo compartimos los mismos sentimientos. Creemos eternamente en Virginia Woolf.  En la idiosincrasia de su carácter y en el ajetreo de su pluma.  Pero de pronto también nos sucede otra cosa extraña de por sí: El ritmo literario cubano en el cual hoy vivimos es tan tremendo, que nuestros compases se han unido y nos sale lo mismo una  asombrosa mezcla de hermosura que de vilezas.

Es muy lógico que como aquí gobierna la cafetera y no el fogón, Lennon desde su luz bendita nos invita a abrir cierta puerta clara para encontrarnos con unos libros vagabundos que no hablan a viva voz.  Son almas torturadas, infelices, obligadas a pecados agrios, que no son más que los libros que pertenecen imperativamente a las famosas Comisiones de Lectura Cubana.  Una vieja asociación compuesta por villanos y santos (muy pocos), hechos bellos y hechos despreciables que como otra asombrosa mezcla también se muestran con hermosura y con vileza.

Pero ¿dónde estamos en estos momentos Lennon y yo? De seguro me corresponde a mí sumergirme dentro de esta pregunta con la mayor de las fuerzas vibratorias que tengo para responderla: ¡Estamos en Cuba, en el mal  llamado proceso editorial para la aprobación de un libro, que es necesariamente obligatorio de un escritor cubano, o de una escritora cubana!

Los autores entramos impulsados a esta cresta de ola, sin conocer (los que no tienen la experiencia) que podemos ser impelidos contra las rocas del fondo de cualquier precipicio.

Hombres y mujeres, tan cubanos como yo o cualquier otro autor, se nombran hermanos dentro de la tan afamada Comisión de Lectura, que no es más que una hermandad de pobres anticristos escogidos entre ellos mismos dentro de cualquier editorial. Y que aturdidos por el climaterio ya extendido de tantos años de padecimiento de la isla hacen y dicen cosas duras, cosas ásperas, cosas desagradables, cosas difíciles, cosas grandemente engañadoras que aplican tanto al cuerpo de la literatura cubana postmoderna que se presenta ante ellos como al propio libro o a su propia autoría.

Que muy bien puede ser de un escritor genio el libro, y que es deliberadamente desaprobado en ese largo camino de cartero que tiene la imperfectamente dichosa Comisión de Lectura.  Que viaja con su gran carta de desaprobación durante todo su largo camino de espera (meses y meses) para después –y desafortunadamente- regresar por el mismo camino.  Y así caer en la torpeza y en la conciencia de negarse ante todo un público cubano y no cubano, su propia desafectación de bondad e inteligencia literaria de sus buenas y de sus malas noticias, cuando la tan autentificada carta de desaprobación le llegue sin cuños ni firmas al genio, en este caso, cuando ellos gusten y quieran desde su real y divina gana.

Se ve entonces que una actitud tal no es humanamente sencilla, sino lo bastante compleja en sumo grado.  Pues de inmediato todo se vuelve forzado y afectado como un equivalente de respuesta a los autores de estos libros que hacen (hacemos) un esfuerzo enorme con un gusto exquisitamente original y a su vez quisquilloso. Cuando no encontramos hojas para imprimirlo, ni impresoras, ni computadoras para digitalizarlo por ese precio tan descomunal con que se lucen en sus ventas de vidrieras gubernamentales, y no en la compra de sus propietarios estas mismas computadoras que son tan necesarias para el escritor.

 

Entonces necesitamos de un sentido de la literatura muy atrevido para soportar el resultado de esta Comisión chillona, deslumbrante y superficial.  Un atrevimiento muy feroz al escuchar (soportar) las conclusiones empleadas en las respuestas editoriales que se desvanecen en el aire, para los que con infinito volumen de dirigentes literarios se disparan desaprobando a todos los libros que son incapaces de someterse a la relación ligera  (así sea) de las fiebres violentas que padece el país, donde acosan con la gran preocupación de hacerle al libro en proceso un aseo general a su modus operandi, en busca de lo que ellos llaman comúnmente –para sus asuntos enmascarados- ditirambos, afonías, hojarascas, cacofonías, inesperados finales, versos con desentonos, sin dramas en el texto, falta de influencias literarias… Tormentas de arenas giratorias que se han inventado estos también inventados eruditos cuando rocían las páginas de nuestros libros –tan pervertidamente-  que nos vemos y nos sentimos (nosotros mismos) como los escritores más pésimos de la legendaria historia cubana.

Así y todo estos impropios letrados duermen profundamente.  Están tan conscientes de los males y de las injusticias que cometen en dichas evaluaciones literarias que no solo se limitan a la desaprobación, sino también al sueño de sus ángeles perversos y  al hurto de este mismo libro, que escrito con un gusto exquisitamente original y fino, el autor se erige con atrevimiento, soltura y dinamismo literario, logrando un escalafón altísimo dentro de los integrantes (pero a ocultas) de la bien/mal llamada Comisión de Lectura Cubana. Y que es la propia señal de luz y claridad que más enmarca el señor de los espejuelos robados en una de sus más grandes curas del alma: Imágenes.

Entonces nos percatamos una vez más que el ritmo en el cual vivimos es tan tremendo, que esa misma vasija literaria de ese líquido perplejo, materia nubosa, almas torturadas no está relacionada con material del alma alguna.  Sino con lo que diga y ejecute las tribus de estos desalmados, que cobrando a veces lo mismo por la izquierda que por la derecha sí hacen y aprueban su libro y el del socio.  O el de la hembra que le abre las piernas.

Casos estos que son la más sencilla historia que sabe presentar el libro que se hace en la editorial como luto y tonga dentro de las también llamadas Bibliotecas/Librerías exquisitas cubanas.  Libros que no tienen voz ni autoría de ser eminentes discípulos de Chejov,  La Gertrudis, Yourcenar, Cortazar,  o Martí…

Libros que se hacen a negocio, pescando soliloquios en otros autores cubanos o no cubanos para decir, escribir o expresarse muy malamente de casas rentadas por jineteras a su gusto, y no por las verdaderas hijas de la Magdalena cuando dan leche de sus senos sobre el mismo muro del malecón habanero al hijo que esconde durante las noches.  Del ladrón que se roba la vaca para pagar casi una condenada de cadena perpetua su hambre e ingenuidad (para el autor) falseada.  Del cornudo que estalla de risa (pero que lo soporta) cuando encuentra a su esposa con el Jefe de la Pesca Cubana.  O de ese gran eminente niño que nace revolucionario porque desde su cuna pide la pañoleta de pionero.  O de esa mujer que en su fuero sacrificio hace de Mariana Grajales (ridículamente comparada con eminente y real recuerdo de la historia cubana) en su puesto de trabajo sin faltar un día, pero que llega vestida con traje rojo entallado, tacones puntiagudos y diversos colores en el cabello según la semana del mes en el auto del jefe…

El "cubaneo" entonces es indefinido, tanto para Lennon como para mí o como para usted, que es ahora cuando quizás conozcas que Cuba es el único país donde libremente puedes ser un noble o un sencillo, un harapiento vagabundo  que una gran dama virginal, un agitado que un pacifista, un pecador, que un abyecto… Pero lo que sí no puedes ser para ganarse la edición de un libro (y así "rimbombarse" en el club de las mentes obligadas) es un contrario.

Tú no puedes ser  un Escritor Robado (según los administrativos sobre los periodistas independientes) para editar un libro en Cuba.  Tú tienes que ser simplemente un tipo, un socio, un controlado gubernamental… Y sobre todo que no tenga mente propia.  Que su poder lo regale como fueran sus últimos años de vida y lo deseara pasar lleno de lujo y con una debida suma de dinero.   Que por supuesto, no obtendrá ni remotamente con la edición del mal nombrado Libro que se ha ganado sin dejarse robar por la contra.

No sé si Lennon los hubiera llamado como los llamo yo: villanos derrotados desde sus propias mentiras.  Sé que son estos propios villanos quienes ahora Lennon mira desde arriba y desde su parque del Vedado, y yo que siempre los he mirado desde acá abajo para saber y dictaminar que también para abajo va la verdadera literatura cubana si continúan estos "hermanos" tan forzados (dicen según ellos que como todos) a destruir el verdadero buen libro que sí tiene sentido y sonido en el peso, acento y verdad de cordura en todas sus palabras, y que no puedo mencionarlos a todos,  porque sobre todas  las miles de cuartillas del mundo se aguantaría tanto título de autor desperdiciado.  Que por seguro doy que entonces sí sería comprado, leído y prestado dentro y fuera del país, porque fuera el único texto y la única obra literaria que dijera –sin ángulo de visión ni borrosa ni aguda- la verdadera verdad de un cubano.

Creo que así Lennon se sentiría más conforme, porque ahora ya se sentaría con Virginia en su banco del Vedado para decirle que yo también puedo ser un soñador… Pero que no soy el único…

CUBA.  7 DE ABRIL/2012. VILLA CLARA.

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Mi Novela: EL GRINGO DEL ALMA

 

-CAPÍTULO I-

 

 

LA LESBIANA DEL ESCAPARATE.

 

Masticamos las hojas que saben a deseo

Y las dejamos caer en las rutas abiertas que

Son una y la misma.

                    -Lourdes González Herrero-

 

 

 

Desde que vi a Irina me percaté que había llegado a la tierra sin transparencia alguna.

 

O sea, que hasta el propio acto sexual proporciona en ella un sentimiento de infelicidad tan descomunal que todo su conjunto: tanto el acto, como la caricia o como el beso le producen un asco que serpentea desde lo repulsivo hasta lo oportunista.  Aunque después que sienta todo este conjunto  goce el orgasmo más sensacional  del mundo.

 

Para ella que -en estos casos- se siente más que mujer,  se equipara de  todo lo que tiene a mano  para que le retumbe el corazón, la boca le expulse chorros de duchas de palabras templadas, las piernas le tiemblen como algo digno de figurar hasta en los más estremecidos temblores terrenales…  Para de esta forma darle de antemano un contexto a su infelicidad, superior a lo que ella misma espera lograr.

 

Entonces es cuando Irina con todas estas características echadas en su alma  le brinda el paso al capitán de su navío como una verdadera deportista.  Y es que lo es.  Irina solo sabe valorar a  los demás según su constitución física.  Y ella es un delfín adiestrado en eso.  Sabe que si no esconde con estilo bien feminista toda su machanguería, hasta el verde misterioso de los charqueros penetrarán en el secreto de su vida y hablarán y hablarán de: Irina esto, Irina aquello…

 

Es por eso que ahora mismo a Irina le han caído tres pesadumbres encima que no sabe cómo quitárselas.  Y mira que las ha manipulado para aquí y para allá, pero las tres están ahí como sus propias mentiras.  Abrazadas fraternalmente a ese cuerpo de ella que tanto se venera. Pero que en su fuero interno lo conoce al dedillo,  y sabe que está repletito de bácilos y gérmenes que son los restos ocasionales de semen, mierda y orine que es imprescindible en todo humano.  Pero que ella desea, como desea tantas cosas,  exterminárselas para botarlas de ese mismo cuerpo  -de una vez por todas-  ese odio y ese asco que alberga desde que yo la vi, no.  Desde que ella me vio a  mí, sí.

 

Aunque en este aspecto no se atreve a profundizar demasiado.  Sabe que si lo hace se arrojará al agua urgentemente, y ella  –la pobre Irina-  no sabe nadar.  Aunque para ella la constitución física sea el mayor énfasis de su vida.  Pero nadar, lo que se dice nadar solo lo logra cuando permite que el varón de turno se deslice entre sus piernas como una anguila. Y ella tenga que inventar su propia piscina y moverse como el pulpo que una que otra vez ha pensado criar en un estanque para cuando el pulpo libere toda su tinta, escribirle con esta misma tinta anónimos a todos los que dicen que Irina es una mujer que finge hasta su misma idiotez.  

 

Y que ella ha absorbido con tanto horror, con tanto temor que le ha dado por extenderse en viajes astrales a través de profundos precipicios y amplias planicies donde me ve volar y volar en el azul de su cielo inventado con una impresión tan enérgica que hasta mí ha llegado su mensaje.  No a través de las llamadas telefónicas en anonimato que me hace dos y tres veces al día,  sino porque esa impresión global tan azul, tan fuerte  de su cielo me ha dejado sin muros, sin tapias y me caen unos albergamientos con ciertos ángeles, que sin castigos ni venganzas me yerguen aleteando y salpicando agua por todos lados como si estuviera dentro de la mismísima hija del agua  y segregara salvia. Mucha salvia, presagiando así  que dentro de poco Irina se meterá dentro de su boca de rasgos bien masculinos una seta.  Porque el curandero que dice ser su padrino le dijo que es en la garganta donde tiene que ser capaz de succionar y devorar a la almeja femenina que se le ha perdido. Y que ahora la hace con las manos en los bolsillos de su pantalón, con un lenguaje que tiene chasquido de hombre montero, con un incipiente bigote que se limpia constantemente porque la babea, y unas pisadas tan toscas que se ha abierto una broma muy insinuadora.  Demasiado insinuadora.  De Irina secretean que ya no funciona bien y que está dentro del escaparate…

 

Entonces Irina ya se está preparando para lo que viene porque la oscuridad trae infinitos peligros.  Eso ella todavía no lo domina bien. Pero a la oscuridad comenzó a nombrarla como si estuviera loca y no conociera los significados de las palabras.  La ha llamado el tucutú.

 

Y el tucutú la tiene que ya solo se le ve, si es que quieren verla, a partir de las siete de la noche dentro del mar.  Ha decido que solamente con su tucutú aprenderá a nadar. Y qué manera más rara de nadar.  Eso es otra cosa que ya Irina  también ha logrado, que se levanten todos en los pocos lugares donde concurre.  Irina nada de culo. Y habla y habla mientras más culo le pone al mar.

 

Otro escenario para Irina sería donde ahora está.  Sentada a la orilla del mar como un griego, con la cabeza junta a un seco árbol.  Parece estar fundida al tronco.  Su funesta mirada me dice que jamás se dedicaría a cosas grotescas, y que quizás por eso está sentada en ese estilo meditativo y no nadando de culo. 

 

Irina no le confesará a nadie lo que verdaderamente desearía hacer en estos momentos.  Solo el mar la escucha.  Solo el mar es quien está inmiscuido en su falta de transparencia.  Y se ha quedado frío porque se acaba de enterar que Irina está totalmente absoluta, y que está decidiendo si se rige o no por preceptos morales.  Y no sabe cómo demostrarlo.

 

                        Irina, no seas tan arrogante.

 

Pero como este tipo de posición la ha visto en tantas películas, ahora Irina la usa y vuelve a su casa con sus tetas más crecidas porque se las calentó en dicha posición con tanta fuerza contra la toalla, que le parece que comparándolas con una hora anterior a ésta, que ya casi rozan las nueve de la noche en las agujas de su reloj, ahora están más alegres, más relajadas… Rechazando  de primera plana que no se arrastrará más ni se dejará arrastrar más por nadie.  Ni por nada.  Así que para la más puta madre la constitución física, el movimiento de la anguila, el tucutú, y hasta si es posible la constitución de la república...

                                   

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CUANDO SE BUSCA EN LA ...

           

ANDO TRASTEANDO, OTEANDO, BUSCANDO, ANHELANDO, VISITANDO, PIDIENDO, REZANDO, ESCUDRIÑANDO…

EN TODOS Y CADA UNO DE LOS PLANOS, HUEQUITOS Y SUPERFICIES DE ESTE UNIVERSO A PERSONAS QUE TENGAN CIERTAS CUALIDADES:

-SEPAN DECIR SÍ CUANDO LE APAREZCA UN NO-

-QUE SI VIVEN RODEADAS DE AGUA EN UNA TIERRA NOMBRADA ISLA, CONOZCAN DE ANTEMANO QUE ES LA REINA DE ESAS AGUAS-

-SEPAN LEER Y ESCOGER UN LIBRO DENTRO DE UNA LIBRERÍA O DE UNA BIBLIOTECA-

-ABRAN SUS BRAZOS CON GRAN DIGNIDAD ANTE ENEMIGOS Y AMIGOS-

-NO SE PERTURBEN CUANDO TENGAN QUE BAILAR PÚBLICAMENTE-

-QUE HABLEN, CAMINEN Y PIENSEN YA SEAN  UN SIGNO DE AGUA, TIERRA, FUEGO O AIRE-

-QUE ME ESCRIBAN AHORA MISMO CUANDO TERMINEN DE LEER ESTE TEXTO Y ME COMENTEN A:

idania@cenit.cult.cu

SI NECESITO INCREMENTAR ESTAS CUALIDADES. 

 

¡O SI NECESITO GRITAR TODO ESTO UN POQUITÍN  MÁS ALTO  PARA  POR  FIN ENCONTRARTE!

 

UNA LINDA FLOR DE SARGAZO TE REGALO A  TI

ﭿ IDANIA

http://idaniabacallaoiturria.blogspot.com.es/

 

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AQUÍ SÍ SE BAILA EL SON

                               

      "AQUÍ SÍ SE BAILA EL SON"

 

Recientemente leo a "Maximiliano".  Y reconozco que el grato estilo del cubano Faisel Iglesias ha hecho calar sus sensaciones en mis sensaciones.

 

La novela, escrita como una doble dosis de ser muy típicamente cubana, no empuja al lector a sentirse obligado a conocer un nuevo Benny Moré.  Lo contrario.  Benny Moré está vivo.  Así lo logra el Licenciado Faisel Iglesias, actualmente radicado en Puerto Rico.  Un escritor, que llevado de la mano del mismo espíritu musical del gran Benny Moré nos invita a bailar un canto de son, un canto de bolero, un canto de guaracha cuando utiliza artificios notorios que ciertos escritores saben lograr: Iglesias tiene el poder  de la poesía.  Y narra su novela no solo con cuerpo, alma y bolígrafo… También la narra con un juego muy fehaciente –por cierto- entre enormes y ricos vuelos poéticos y su propia narrativa.  Es ese mismo alcance de sentimientos poéticos, tan bien ritmados lo que permite que la novela "Maximiliano" se alce con una voz ideal.  Esta voz que marcha con las letras de las canciones del Benny intertextualizadas con un ritmo de versos muy contemporáneos –que segura estoy- que no hizo obligadamente Iglesias para decorar a su novela.  Es otro aspecto literario más que demuestra que este autor sabe qué quiere. Y que desea lograr en sus lectores.

 

Y me permito, desde esta Reja de Agua, nuestra isla de humedades cubanas, decir que hacía mucho tiempo no bailaba tanto leyendo una novela.  Hago énfasis en decir que las palabras del autor, tanto en su novela como en su vida nos envuelven espiritualmente como nuevo método de invitación para decirle a su público lector que "Maximiliano" es una confesión cubana.  Pero única.

 

No es cualquiera confesión.  Es la palabra escrita del mismo Benny Moré.  Es la leyenda, que en ciertos casos el autor dice ser ficticia, convertida ahora en una religión literaria tocada por matices muy fidedignos a la ya lograda retórica cubana en el extranjero.  Una religión que logra el escritor con toques de tambores batá, con los despavoridos amores del Benny… Con las ricas borracheras del cantante, que digo: son un gran implemento para capturar de inmediato al lector.  No un período en el que el mismo Benny Moré trata de autoasesinarse alcohólicamente.

 

El Benny está vivo.  Este es el gran canto cubano que desde la primera línea de la novela está impreso.  Clavado y martillado con café, tabaco, ron y guarachas con una voz amena, típica y profesional.  Se puede palpar muy nítidamente que Faisel, dice con palabras lo que otros pudieron decir y no calaron en hechos, en lectores, y en lugares al ahora penetrar con sus letras como fuego a mujeres y hombres que hoy buscarán la plática  de Faisel.  Un autor que interesa no solo por su novela "Maximiliano" sino también por su carisma reconocido ya en muchos sitios dentro de la literatura cubana de la disidencia. O dentro de su alzada voz como uno de los pensadores cubanos de este siglo.

"Maximiliano" no tiene  pretextos para no ser leída.  El mismo autor lo escribe no solo como una exclamación o como un recurso literario más.  Sino como uno de los cantos que más debiéramos hacer palpitar: ¡El Benny está vivo!

 

Convencida estoy de que el mismo Moré le dirá próximamente al autor de "Maximiliano": -Oiga, Faisel, pero qué bonito y sabroso escribe usted.-

 

Y yo, como una cubana más, hago y palpito junto al ídolo prodigioso de mi padre, el Benny, que en su gloria y con su gloria esté. Cuando agradecida  ante el autor de "Maximiliano", digo que me ha dado el deseo que he tenido siempre, el escribir con el bastón del Benny en mi mano el deseo de esta realidad: El Benny Moré hoy sigue vive.

 

Porque en esta novela, con pluma en ristre y sin ficción, ni adicción, ni confusión, se defiende no solo al tabaco, a la música y al ron cubano, sino a la libertad del cubano, que silba: ¡Cuba está viva como también lo está el Benny Moré!

 

ATENTAMENTE,

Escritora  Idania Bacallao Iturria

3 de Abril/2012

idania@cenit.cult.cu

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