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"CON PATICAS SOBRE LA TIERRA"

 

Nada como un coctelito de anfetaminas para aliviar la ansiedad que provocan los hombres machistas sobre una mujer lesbiana.  Su repugnancia raya hasta en la extralimitación de querer imitar a una mujer por tal de faltarle el respeto a la orientación sexual de dicha lesbiana. Esto es un caso que no se vende como película, pero sí como pan caliente en todas las esquinas de cualquier pueblo del interior del país cubano.

Es tan denigrante comprobar, si se hiciera análisis al respecto, que de cien mujeres hoy desempleadas por las nuevas y vigentes leyes laborales casi treinta son lesbianas.  Y también sería saludable comprobar que este tipo de mujer es aún calumniada implacablemente por la camarilla, que detrás de su cortinas de buró y de sus fachadas de dirigentes se lanzan tirando barrabasadas chistosas (creen, según ellos) sobre tal o más cual mujer que dejó al marido por otra mujer.

Un perro vive más a gusto dentro de su perrera que una mujer homosexual dentro de un pequeño pueblo de este país.  Aún más si dicha mujer no tiene un suculento diploma universitario o si teniéndolo no es de los que la enmarca como figura pública.  Entonces este tipo de mujer es mirada como una "fulantrona".  Una que solo puede valorarse ella misma y nadie más.

Entonces y obligadamente tiene que "buscarse la yuca" convirtiéndose en una empleada doméstica, que aunque domine 2 ó 3 idiomas siempre será lo que es, la nueva criadita de la casa. Tan actual y tan de moda ahora en nuestro país.  Y que aunque obligada esté a ello, porque casi seguro tiene que alimentar a una familia, está también en la obligación de andar con paticas sobre la tierra,  y tener la mayor de las cautelas al escoger o seleccionar a qué casa se va a trabajar como criada.  O a qué tipo de enfermo le va a ofrecer sus cuidados y servicios.  Porque en el menor de los casos el mismo representante de ese hogar, tan coterráneo como ella misma, la pone de paticas en la calle diciéndole a todos en el pueblo que esa mujer se ha propasado con su esposa.

Llegando a la sazón entonces el hipotético dilema del machismo cubano para así pronunciarse nuevamente y en las calles del poblado: ¿Son o no son las lesbianas unas enfermas mentales? ¡¿Yo te lo dije, o no?!

Esto que lo diga posteriormente la vida, cuando ya la plaga de los  vigentes insensatos también digan sus verdades pero sin mentiras.  Esperemos entonces para disertar al respecto.

 

CUBA. MAYO/JUNIO 2012.

 

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