PA LA TIERRA DE DIOS

PAQUÉ

 

Paqué te enteres de lo que viaja o cómo se viaja dentro de este país. Te cuento el cuento de  un Joven Club.

De más de veinte computadoras y dos laboratorios dentro de este centro solo quedan trabajando cinco máquinas, que ahora se radican en un solo lugar llamado por los que se dicen oportunistas, laboratorio. Mientras que los usuarios (nosotros) lo llamamos ¨sintierra¨.

Sentados en el portal del Joven Club o dentro de una inmensa cola, que también tiene sus socios, decidimos a quién le corresponde la máquina, que ya abarrotada y  vieja no sabe para quién decidirse a ofrecerle lo que en una época fueron sus logros.

Repleta de contraseñas para todo asunto informático debemos, si es que logramos agarrarla, pedirle al instructor que esté de guardia –si es que también podemos agarrarlo en dicha guardia-  que nos escriba la contraseña tan escondida, y que solo ellos mantienen en secreto para poder trabajar dentro de ellas o con ellas. 

Pero como siempre hay un desafortunadamente, esta vez un alguien de los sintierra le descubrió el porqué de los porqué en las contraseñas, y utilizó dicho código por más de seis meses sin nadie conocerlo.  Y se han ido al aire todos los numeritos, las letritas o los nombrecitos que podía haber tenido escondido dicho instructor en esa moda que tienen los que hacen las contraseñas.  De ahí que hayan  sido tan estudiada por los psicólogos. Dándose a conocer, de esta manera, que no queda contraseña que no sea conocida,  pues siempre es utilizada por algo muy común dentro de la vida diaria como lo es:  el nombre de papíto, el del nenecito, el del noviecito o el queridito, o el del año de nacimiento… Y tao, tao, tao… Estos  tao  son cubanos.

Ahora, los que somos sintierra estamos desconectados, y como tin también nos quedamos sin el tan.  Los instructores fueron despojados de contraseña,  pero también de sus cuentas de Internet.  Acusados de dar información a quienes no debían, y  así es como ahora nos quedamos  todos, los sintierra o los no sintierra.   A mantenernos sin conocer el porqué de los porqués en este planeta tierra y sin noticia alguna que valga la verdadera pena.  Porque hasta después de seis meses del año, de este año 2012 no sabremos nunca más qué es una contraseña.  Ni qué cosa es una cuenta de Internet, que en tan poco caso viaja, si es que viaja, dentro de un mundo isleño  que primero fue llamado Juana y que ahora llaman muy comúnmente Cuba, aunque esté o se encuentre a  puro trancazo dentro de éste afamado Joven Club.

 

2012 /Cuba.

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