MISERIA PARA NO MALDECIRSE SIN AHUYENTARSE
Estoy rodeada, y no es de agua…
Mi alma va cosida a la palabra.
Mi alma que ha tratado de venderse hasta en los polen que no huelen a flor.
Mi alma hecha de huerto y aplastada de miseria que no logra maldecirse.
Ni aplastarse.
Ni ahuyentarse.
Mi alma que no va de varón a ninguna parte.
Que no va de odio ni al cadalso.
Ni al dolor de la mala homofobia
Ni al dolor de la más puta miseria
Ni al dolor de la queja que herrumbra.
Mi alma como el nombre de Bárbara.
Casi azul de tanto llanto sin lágrima.
Casi idéntica a la ahora en que Bárbara se desajusta el blue jeans para su obligada sexualidad.
Para su estropeo de los nuevos
Y con los nuevos años que ya se le fueron.
Sin llorarlos.
Sin mí.
Mi alma que no siente la catarsis de Bárbara en su Miami de luz.
En su agua de Escorpio abortada.
En su destino de zodíaco del Cáncer.
En su puente mal mordido de las noches.
Mi alma, trampolín que me retiene sin sacudida ni aroma.
Mi alma, mujer de ángeles sin trono de papel.
Mi alma, llovizna que con el tiempo no moja.
Mi alma, muchacha con luz de vela que me ilumina
El poder de los vivos y los muertos.
El poder de los cuatro elementos.
Mi alma, que de falta de cuerpo
Ya no se alcanza
Ya no se sobra
Ya no se siente.
Ya no está.
Bárbara me la ha sobornado.
Febrero 18, 2013. Cuba.
IDANIA S. BACALLAO ITURRIA
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