POEMA FINALISTA DEL CONCURSO NUEVO PENSAMIENTO.

LA MISERIA DE UN DIOS DE SIGLOS

 

Un Dios puede imponerte su miseria.

Traspasarte.

Sacudir el animal religioso que te acecha es tu única fortuna.

Tu honor –en esta ocre- ya es un fallo.

Una tarde sin paisaje lamiendo girasoles.

 

Acosa el temporal,

Miras las esporas que te hablan de una guerra y perdonas.

Perdonas hasta la falda verde que te viste obligada los domingos.

 

Perdonas al Cristo en el otro lado de Casablanca.

 

Y perdonas al innombrable que te impuso la miseria de un Dios de siglos.

 

Un Dios que es madre de pradera en éxodo.

 

Allí es donde te despuebla el párpado agónico a perdonar.

Y haces como el tejido de la flecha que parte.

Que se hizo acción escapándose de un aguacero cubano

para no entristecer al arbusto que te dibuja sobre sus dioses.

 

Un dibujo que sufre no desnudarse.

No quitarse la liturgia de la imposición en la miseria.

Y vuela.

 

Se sacude el linde de una culpa tan magna que tu lágrima

                                Gira

                                      Rueda

                                                Cae

Como un fallo –en esta ocre-  de miseria que se nombra Cuba

desde su alabanza.

 

 

 

 

                                           Febrero 2012. Rancho Veloz. Cuba.

 

 

 

 

 

 

 

 

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